Él
se encontraba solo, sentado en una banca del jardín de la casa, apunto de
encender un cigarrillo. Al notarlo me acerqué y me senté junto a él.
Paul:
Linda noche, ¿no? –mientras miraba hacia el estrellado cielo de esa noche-
Yo:
¿Qué te pasó? ¿Por qué… ¿Por qué te fuiste?
Paul:
¿Por qué no me dijiste que tenías novio?
Yo:
¿Y por qué iba a decírtelo?
Paul:
No lo sé. ¿Por qué crees tú?
Yo:
Paul, y-y-yo…
500 days of Summer :3 |
Pero
él me interrumpe y coloca un dedo sobre mis labios, se acerca cada vez más, y sin
decir más palabras nuestros labios se juntaban en aquel mágico momento que
parecía eterno. Luego de unos minutos de aquel acto se separa de mí, cosa que
de alguna forma traté de impedir.
Paul:
Michelle, te amo… -se me queda viendo directamente a los ojos-
Yo:
Y-yo… también. –respondí con algo de inseguridad. Creo que en verdad era lo que
sentía-
Al
notar mi respuesta me sonrió y me tomó de la mano, llevándome a otro lugar. Ni
enterada de dónde era.
Con
los demás.
John
y Kate por alguna razón se estaban besando muy apasionadamente, así como si el
mundo se fuese a acabar. Ella se despega un poco de John, para decirle:
Kate:
¡Johnny, te amo! –dijo muy agitada-
John:
Sí, sí, y yo. –le responde de la misma forma-¡Eres hermosa, Kate! –le sonríe y se
vuelven a besar tal como lo hacían antes-
Con
Rita y George.
Pasaron
casi toda la noche charlando. Ni en cuenta tomó Rita a los invitados.
George:
Y… ¿qué música escuchas? –se sentó aún más cerca de ella-
Rita:
Uhm… Diría que mis favoritos son: Elvis, Carl Perkins, Fast Domino y The
Coasters… Aparte de ellos, la mejor banda del universo: The Beatles, claro. –le
guiñó un ojo-
George:
Hahaha, qué buen gusto tienes. Me agradas mucho, Rita…
Rita:
Y tú a mí, Georgie. ¿Puedo decirte así, verdad?
George:
Claro que sí, linda. –le lanzó una de esas miradas que sólo George sabe hacer,
haciendo que Rita se derritiera de amor, literalmente- ¿Quieres bailar?
Rita:
¿Y-yo? –reaccionó- Seguro, vamos.
George
la coge de la mano y se dirigen a donde toda la gente bailaba.
Mientras,
Izzy y Ringo…
Ringo:
Y así es como conocí a Buddy Holly. Nada más que simple casualidad hahaha.
Izzy:
Qué suerte tienes, siempre lo he querido ver. Me encanta.
Ringo:
Algún día podríamos ir a verlo… Digo, si quieres.
Izzy:
¿Lo dices enserio? ¡Me encantaría! ¡Gracias, Ringo! –lo abraza-
Ringo:
No hay de qué. –le devuelve el abrazo, que ambos parecían disfrutar. Luego de
varios minutos se sueltan-
Izzy:
¿Bailemos?
Ringo:
Por supuesto. –se van con los demás-
Volviendo
con Paul y yo:
Íbamos
caminando por la hermosa avenida Birdcage Walk, hasta llegar a un punto en se
podía ver el Big Ben del palacio de Westminster. *¿Se nota que amo a Londres?
e.e*
Paul:
¿Cómo es que puedes ser tan perfecta? –se pone delante de mí-
Yo:
…-tan sólo lo miré con algo de incomodidad-
Paul:
Cuéntame sobre ti, quiero saber. –preguntó de inmediato e interesado-
Yo:
¿Qué quieres que te diga?
Paul:
De ti. ¿De dónde eres?
Yo:
Uhm… Nací en Liverpool, ahí conocí a Rita. Mi familia es de Francia, ellos
están allá. Hace como 2 años que me vine a Londres, y ahí es donde conocí a
Izzy y Kate, y nos hicimos inseparables.
Paul:
Oh… y, ¿dejaste a tu familia por estar en Inglaterra?
Yo:
Pues… sí.
Paul:
¿No los extrañas?
Yo:
A ratos… pero luego veo a la gente que conocí y eso me hace cambiar de opinión.
–indirectas(?- Cuéntame sobre la tuya.
Paul:
Solía vivir con mi hermano y mi padre, gracias a él me interesa la música. Mi
madre murió cuando yo tenía 14.
Yo:
Paul, lo siento mucho, no… no sabía… -le dije apenada-
Paul:
No te preocupes, eso ya pasó.
Yo:
La mía igual murió cuando tenía esa edad…
Paul:
Qué terrible coincidencia.
Yo:
Pero como dijiste: ya pasó.
Paul:
Y… ¿cuántos años tienes?
Yo:
19, ¿y tú?
Paul:
Vaya, yo 20. –me sonríe- Ven, te invito un helado.
Yo:
¿A las 12 de la noche? –me extrañé- ¿Crees que haya un lugar abierto a esta hora?
Paul:
Hahahaha, ¿y por qué no?
Yo:
Ah… Seguro, vamos.
Comenzamos
a caminar, y sí, había una heladería abierta a esa hora, pero estaba por
cerrar. Era bastante extraño. *en fin, es mi fic xd*
Paul:
¿De cuál quieres?
Yo:
Creo que uno de vainilla.
Paul:
Dos de vainilla, por favor. –se dirige al vendedor-
Vendedor:
Aquí tiene, uno para usted y otro para su novia. –nos los entrega-
Paul:
Gracias… –dijo algo incomodo, al notarlo reí. Luego ambos salimos- ¿Vamos?
Yo:
¿A dónde vamos ahora?
Paul:
A mi casa, claro está.
Yo:
Pero, pero…-me interrumpe-
Paul:
Oh, vamos, es muy tarde y te puede ocurrir algo, y eso no me lo perdonaría.
Además hay otras habitaciones. No pasará nada, ¡anda!
Yo:
No es eso, es que… -me toma del mentón delicadamente-
Paul:
Oye, lo prometo. –se acerca aún más a mí con intenciones de besarme-